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Los libros y el canto de los pájaros

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 Nota sobre la muerte de Kenzaburo Oe    Cómo hay libros que nos despiertan deseos y el universo conspira para que podamos realizarlos.  De niño, Kenzaburo soñaba con ese niño del tamaño de su pulgar que podía entender el lenguaje de los pájaros.  Al nacer su primer hijo, lo llamó Hikari, Luz, y le dio esperanzas cuando nadie más se las daba. Ese niño se convirtió en un niño de verdad a los cinco años cuando logró descifrar el lenguaje de los pájaros y convertirlo en una canción. Hikari-Luz hizo música con el silencio y Kenzaburo fue feliz de sentir su sueño de niño hecho realidad. De todos los nombres, su nombre resuena hoy en el canto desconsolado de los pájaros: Kenzaburo, Kenzaburo. Luz llora y canta. Sabe que su padre volvió a ser aquel niño aventurero que montaba en las alas de un gran ave y recorría la geografía de Nils Holgerson*. *Hablé sobre Selma Lagerloff y sobre Nils Holgerson aquí  https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=664162014073833&id=153147768160971&mibe

Rota

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Estás rota: algunos pedazos cayeron dentro y son astillas que hieren. Desde algún punto de vista, seguís radiante e intacta. Pero si alguien acerca sus labios en la zona cuarteta, podría lastimarse y abrir otras heridas.  Tus sueños son más grandes que tus miedos, pero aún tenés resabios de la pandemia en tu superficie y en tu alma. Viste enfermar y morir a muchos seres amados.  Caíste y, en la caída, te rompiste. Una marca como una mordida ha modificado tu forma. Te negás a ser una taza tirada en la basura, rota, inútil, descartada. Pensás en nuevas formas de acostumbrarte, acomodarte a tus carencias. Rota, seguís igual. Mejor dicho, seguís distinta. Rota, herida, a medias, pero seguís y el camino es nuevo. Acaso una vida verde anide en tu interior y tus sueños se transformen en algo que nunca habías imaginado siquiera.      

Amores

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 SWINGING CHRISTMAS  Olivia Ruiz / Benjamin Lacombe Ed. Edelvives 40 páginas  ________________________________ Uno de los ilustradores que más deslumbra al público de todas las edades es Benjamin Lacombe. Sus trazos tienen voz propia y transportan a un lugar de melancolía y ensueño. Su paleta de colores es clásica y genera emociones diversas que regocijan el alma. Este libro era desconocido para mí y me fascinó desde antes de poder tener un contacto físico con él. Es un libro cuadrado, de gran formato, de tapas duras y excelente calidad tanto del papel como de las reproducciones. Al principio, creí que era una historia más sobre la Navidad. (Me declaro absoluta Navilover y amo las películas y libros sobre la Navidad.) Y este libro me sorprendió gratamente. Además de su belleza, la historia es hermosa. Nos trae ecos del amor por la lectura en voz alta. No hay nada más hermoso que alguien te lea en voz alta. Que alguien lea bien en voz alta. Y que te comparta sus libros favoritos, que

Tierra cercana

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  LO QUE VA VUELVE Giselle Mazzeo Ed. El Ateneo Buenos Aires, 2022 192 páginas   La experiencia de lectura comienza mucho antes de que los ojos se posen sobre las letras. En este caso, comenzó con la falta de stock de un libro que esperaba encontrar debajo del árbol en Navidad. Ante mi desilusión, la empleada de una librería de cadena me regaló este libro (que ella estaba leyendo). Amé su generosidad y el modo en el que habló del libro y de lo que podría encontrar en él. Se trata de una novela coral en la que los personajes se relacionan de diferentes maneras. La narración es aparentemente ligera y se usan muchos recursos que pasan desapercibidos en ese afán de realismo. Hay una voz interior que es el mandato patriarcal. Los personajes se muestran a través de sus acciones, de su cotidianidad. Se unen como los puntos de esos dibujos que no se entienden hasta que no se terminan. La descripción de un parto en casa, el tratamiento del cáncer, las incomodidades del Alz

Odios

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Así como Isabel Allende se enorgullece de su odio hacia las remolachas, me enorgullezco de mi odio hacia los gerundios, las abreviaturas (arbitrarias) y el subordinante "el cual'. Odio, también, a los policías de la lengua (especialmente a aquellos americanos que defienden "su" idioma invocando a la Real Academia Española) y esa expresión como de superioridad al hablar de la lengua y sus usos. Señores y Señoras de pomposa gramática que desconocen que la lengua es algo vivo y en movimiento. Militantes y fumdamemtalistas de una causa no del todo apehendida.  Odio las letras ilegibles. El exceso de adjetivos. Las palabras mutiladas al estilo Marcelo Bonelli cuando dice "parcipar" en vez de "participar". Los etcétera. Los saludos con afectuosa delicadeza. La palabra nunca y también la imposible. La muletilla "nada". El síndrome de Humpty Dumpty.  Odio los discursos apagados,. Las miradas lascivas de desconocidos y sus palabras como balas o c

El poder de las primeras veces

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Meik Wiking estudia la felicidad. A los 40 años, como un águila que está a punto de cambiar sus garras y comenzar (o no) una nueva vida, se planteó por su propia felicidad (algo que venía estudiando hacía mucho tiempo) y fue padre. Para hablar de su propia felicidad, les pidió a personas alrededor del mundo que le contaran su(s) felicidad(es). Y descubrió que la felicidad no solo está en las pequeñas cosas, en algo cotidiano trasformado en extraordinario, sino en la memoria. El recuerdo de haber sido feliz (sin darse cuenta, sin proponérselo) hace felices a quienes recuerdan. Pienso en mi padre, Casio, al que habían diagnosticado con Alzheimer. Había perdido la memoria, pero no las emociones. Recordaba el amor que sentía por algunas personas. No sabía mi nombre, pero sí que me amaba. Y me lo hizo saber. Con ese recuerdo, mi cuerpo reacciona: lágrimas, un dolor en el timo, temblor en las manos… Ser autorreferencial es inevitable. Escribo para encontrar el sentido de esos pensamiento

Cosas que me dan vergüenza (ajena)

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  Foto de un mural de Banksy  ·           Algunos discursos ·         Hombres que se disfrazan de mujer para crear un efecto jocoso ·         Mujeres militantes de las causas feministas que eligen trabajan (y promover) a machirulos ·         Mujeres tan machistas que dan pudor ·         Mujeres que se deforman con cirugías estéticas y borran sus marcas particulares ·         La justificación de las Violencias con lugares comunes que saben a bosta. Si la oliste, sabés cuál es su sabor, no hace falta llenarse la boca. ·         Personas que destruyen todo lo que tocan, que quiere   borrar las identidades y peculiaridades de lo creado por otros ·         Las mujeres que, de tan parecidas y uniformes, han perdido su unicidad ·         El chismorreo y la banalidad ·         La ubicuidad de los medios digitales ·         Algunas imágenes y costumbres, que borran el pasado y no miran al futuro. ·         Los caníbales de su propia cultura ·         Alguien se acerc